¿Qué son las señales de trading y cómo saber cuándo comprar y vender en el mercado?

Las señales de trading nos indican el momento ideal para comprar o vender un activo, y pueden adoptar múltiples formas. Podemos encontrarlas en las gráficas de precios mediante el análisis de numerosos indicadores, pero también pueden producirse de forma externa en torno a las noticias que afectan a los activos que más nos interesan.

Analizar todas estas señales es esencial para poder determinar si una operación de compra o venta de un activo es conveniente o no. Por eso hemos preparado para ti una breve guía que te ayudará a identificar las señales más relevantes para saber si es adecuado comprar o no un activo en un momento determinado.

La clave para identificar las señales de trading más relevantes pasa, primero, por entenderlas. Y, en segunda instancia, por saber determinar cuándo estas señales indican la conveniencia de comprar o no un activo. Vamos a revisar entonces en qué consisten las señales de compra o de venta más importantes, y cómo articularlas.

Las señales de compra nos indican la conveniencia de invertir en un activo porque, presumiblemente, su valor aumentará durante los próximos días, semanas o meses. Podemos encontrar muchas de estas señales de compra mediante el análisis técnico de las gráficas de trading. Algunas de las más destacadas son:

1. Caídas bruscas del precio

Cuando se produce una caída brusca en el precio de un activo, lo más habitual es que inmediatamente después se produzca un rebote. Los rebotes pueden restablecer el precio a su valor anterior en mercados especialmente volátiles, aunque lo más habitual es que solo corrijan al alza el valor de forma parcial.

Caída del precio de Ethereum, y rebote posterior

Fuente: Tradingview

2. Niveles de soporte

Si los precios se acercan a un nivel de soporte bien reconocido como uno de los valores mínimos más estables del activo, es bastante probable que seguidamente vuelvan al alza en busca de su valor promedio. Si no median factores externos relevantes –lo que podría suponer una transgresión de estos niveles de soporte–, suele ser buen momento para comprar.

Fuente: Tradingview

3. Sobreventa

Los niveles de sobreventa de un activo pueden detectarse de varias maneras. Una de ellas es el índice de fuerza relativa (RSI). Si el RSI de un activo se sitúa por debajo de los 30 puntos, es bastante posible que el activo haya sido vendido en exceso, lo que provocaría una revisión al alza de su precio.

4. Doble suelo

El doble suelo es una señal aún más clara con relación a los niveles de soporte. Se produce cuando alcanza unos valores mínimos en dos ocasiones, sin superarlos. Esto suele indicar un nivel de soporte que es muy difícil que ceda, con lo que los inversores tienden a invertir con más confianza a partir de esta señal, generando así un movimiento sólido al alza.

Fuente: Tradingview

5. Divergencia alcista

Las divergencias ocurren cuando el precio de un activo se mueve en una dirección y un indicador de impulso, como el RSI o el MACD, se mueve en la dirección opuesta. Esto suele indicar que, pese a que el precio de un activo continúa cayendo, lo hace con menos fuerza y podría retomar una senda alcista pronto.

Instancias de sobreventa en las acciones de Microsoft

Fuente: Tradingview

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6. Ruptura de una resistencia

Si se rompe una resistencia que no había sido superada con anterioridad –o durante un periodo muy largo de tiempo–, es muy posible que el activo continúe al alza hasta alcanzar una nueva resistencia. En cierto modo, esto es 'territorio inexplorado' para el activo, pero puede suponer una buena oportunidad para invertir.

Las acciones de Tesla superaron una resistencia en octubre de 2022

Fuente: Tradingview

7. Cruce alcista de medias móviles

Cuando el precio del activo cruza por encima de la media móvil de largo plazo y la media móvil de corto plazo cruza por encima de la media móvil de largo plazo en un punto posterior, se produce un cruce alcista. Esta suele ser una de las señales más claras de una tendencia alcista en un precio, lo que acostumbra a coincidir con un impulso aún mayor de los inversores.

Del mismo modo, las gráficas pueden indicarnos el momento idóneo para vender un activo. En el análisis técnico, las señales de venta suelen funcionar de forma inversa a las señales de compra, con lo que resulta fácil entenderlas desde el contraste. Las más destacadas son:

1. Grandes alzas en el precio

Así como las caídas de precio suelen traducirse en rebotes, los grandes impulsos al alza acostumbran a experimentar correcciones a la baja inmediatamente después. Por eso conviene recelar, hasta cierto punto, de estos movimientos alcistas repentinos, ya que suelen presentar grandes caídas posteriores.

Aumento del precio de Ethereum, y corrección posterior.

Fuente: Tradingview

2. Resistencias

El alcance de una resistencia acostumbra a ser una señal disuasoria para los inversores, y, si no median factores externos que sugieran lo contrario, suele ser un buen momento para vender un activo. Las resistencias y los niveles de soporte conforman un marco de oscilación de los precios que, pese a no ser inmutable, acostumbra a ser una importante referencia.

Las acciones de Tesla encontraron una resistencia en torno a los 400 puntos.

Fuente: Tradingview

3. Sobrecompra

Si el RSI de un activo supera el 70, los inversores tienden a considerarlo como una señal de sobrecompra, lo que acostumbra a generar un impulso a la baja posterior. Considerar los niveles de sobrecompra y sobreventa suele ser esencial para poder abrir y cerrar operaciones en anticipación de un cambio de tendencia en el precio del activo.

Las acciones de Microsoft entraron en niveles de sobrecompra en varias ocasiones.

Fuente: Tradingview

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4. Doble pico

El doble pico suele ser una de las señales más claras de una caída posterior en el precio de un activo. Los dobles picos son indicadores de una resistencia muy difícil de superar en un momento dado, con lo que normalmente preludian una tendencia bajista bastante prolongada para devolver el precio del activo a sus niveles medios.

Doble pico en el precio del Bitcoin, que supuso el fin de la bull run de 2020-2021.

Fuente: Tradingview

5. Divergencia bajista

Al observar el precio y un indicador de impulso como el MACD, puedes buscar una divergencia bajista. Esto ocurre cuando el precio forma máximos más altos mientras que el indicador forma máximos más bajos. Esta discrepancia puede indicar una posible sobrecompra y un agotamiento de la tendencia alcista, lo que sugiere una venta inmediata del activo.

Instancias de sobrecompra en las acciones de Microsoft

Fuente: Tradingview

6. Transgresión de los niveles de soporte

En ocasiones, es posible que el precio de un activo caiga por debajo de sus niveles de soporte, y que continúe cayendo a continuación. Si se produce esta transgresión, es posible que haya motivos ulteriores que provoquen la caída del precio del activo. Sin más información al respecto, suele ser prudente cerrar la operación para prevenir pérdidas posteriores.

En octubre de 2023, las acciones de Tesla cayeron por debajo de sus niveles de soporte.

Fuente: Tradingview

7. Deterioro del 'momentum'

Si los indicadores de impulso, como el RSI o el MACD, comienzan a disminuir y moverse hacia territorio neutral o incluso a territorio negativo, esto puede indicar un deterioro del ‘momentum’. Aunque esto puede revertirse y continuar una tendencia al alza, normalmente la operación más prudente pasa por la venta del activo.

Como anticipábamos al comienzo, no todo gira en torno a los gráficos de precios. Saber leer un gráfico te dará una gran ventaja, pero no servirá de nada si no lo acompañas con el análisis de las noticias que giran en torno a los activos que más te interesan. Esta información externa suele ser la causa de las variaciones en los gráficos, y no tanto a la inversa.

1. Noticias positivas en torno al activo

Cualquier noticia relevante que sea positiva en torno a un activo suele generar un incremento en su compra que impulsa su precio al alza. Esto es especialmente destacable en las acciones de empresas y en las criptomonedas. Ejemplos pueden ser lanzamientos de nuevos productos, contratación de nuevas figuras clave o apertura de nuevas oficinas.

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2. Resultados positivos del activo

En el mercado bursátil, los resultados de una compañía suelen generar impulsos repentinos de su valor al alza o a la baja. En principio, cuanto mejores sean los resultados anuales o trimestrales de una empresa, mejores serán sus reacciones en bolsa. Hay que tener encuenta, además, que el impulso al alza o a la baja pueden iniciarse antes del anuncio. 

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3. Flujo de capitales hacia el activo

En ocasiones, grandes compañías de inversión o inversores independientes destacados pueden destinar enormes cantidades de dinero a la compra de un activo. Si se detectan estos movimientos, suele ser buena idea acompañarlos con nuestras propias inversiones, ya que estos grandes flujos de capital pueden ser capaces de mover los precios por sí solos.

4. Aumento de la demanda del activo

Esto es especialmente relevante cuando invertimos en materias primas. Si se produce alguna circunstancia que impulsa al alza la demanda de un activo –por ejemplo el gas natural antes del invierno, o el oro ante una crisis inmobiliaria–, su precio aumentará de forma acorde. Prever estos aumentos en la demanda suele ser una gran forma de invertir.

5. Cambios favorables en la legislación o el contexto geopolítico

Los cambios en marcos legales o en el contexto geopolítico también pueden tener un gran impacto en el precio de los diferentes activos. La regulación o desregulación de sectores industriales, los subsidios, los cambios en la tasación, las sanciones internacionales, o incluso acuerdos de producción como los de la OPEP, afectan al precio de los activos afectados.

Las señales de venta procedentes de las noticias funcionan de manera bastante parecida a las señales de compra, pero a la inversa. Los anuncios negativos, las regulaciones restrictivas, las sanciones o los conflictos geopolíticos pueden afectar de forma drástica al valor de un activo. Entre ellas destacan las siguientes:

1. Noticias negativas en torno al activo

Cualquier noticia que sea percibida con tintes negativos en torno a una empresa, materia prima, divisa o criptomoneda puede impulsar su precio a la baja. Dependiendo de la gravedad de la noticia, el precio caerá más o menos. Nuevos productos que no funcionan en el mercado, cambios en la directiva de una empresa o innovaciones fallidas son algunos ejemplos.

2. Resultados negativos del activo

Las empresas que presentan pérdidas o que no consiguen aumentar sus ganancias lo suficiente suelen experimentar caídas en el precio de sus acciones. Además, la previsión de resultados negativos puede anticipar las caídas a las semanas anteriores al anuncio. Por eso conviene ir vendiendo gradualmente si se sospecha que una compañía presentará malos resultados.

3. Huida de los inversores

Cuando las ‘ballenas’ –es decir, los grandes grupos de inversión– deciden vender sus activos en un momento determinado, el precio del activo se verá afectado largamente y puede caer de forma considerable. Además, esta huida puede responder a razones que tal vez no hayan sido hechas públicas, pero que seguramente tienen una base muy sólida.

4. Caída de la demanda del activo

Si se produce un descenso generalizado de la demanda de una materia prima –petróleo, gas natural, litio– o un producto que constituye el grueso de la producción de una empresa, las caídas en los precios son inevitables. Analizar el comportamiento de la oferta y la demanda en estos casos es fundamental para predecir variaciones en los precios.

5. Cambios desfavorables en la legislación o el contexto geopolítico

Las restricciones a la venta o distribución de un producto, las sanciones a un país, los conflictos internacionales y muchas otras variables geopolíticas pueden dañar seriamente el valor en bolsa de ciertos productos o empresas. Tener la vista puesta en los cambios legislativos nos permite detectar señales que inviten a la venta de los activos afectados.

Aplicar la teoría en la práctica es más complicado de lo que parece, porque hay un sinfín de factores a tener en cuenta. Sin embargo, se puede simplificar el proceso teniendo en cuenta algunos consejos clave para interpretar mejor las señales de trading.

1. Busca señales en el gráfico. Una buena forma de comenzar el proceso de análisis pasa por estudiar el gráfico del activo que te interesa. Analiza sus diversos indicadores, y busca señales que indiquen una tendencia alcista o bajista inminente. Si no ves ninguna, la tendencia puede ser plana y te conviene esperar. Si detectas varias, es momento de continuar con el paso 2.

2. Compara las señales negativas y las positivas. Revisa todas las señales que hayas detectado en el gráfico y compáralas. Si todas ellas sugieren la compra del activo –o su venta– de forma unánime o casi unánime, la operación se verá con bastante más claridad. En caso contrario, te conviene optar por la prudencia. En ambos casos, dirígete al paso 3 para confirmar si la compra o la venta es una buena idea.

3. Contrasta las señales con las noticias relevantes. Esta es la instancia en que te conviene dejar atrás el gráfico y centrarte en las noticias que rodean al activo. ¿Ha habido cambios legislativos que lo afecten? ¿Es una empresa que acaba de presentar sus resultados? ¿Su demanda ha aumentado o se ha reducido? Busca correlaciones entre las noticias y las señales del gráfico.

4. Revisa el calendario y decide. Si todo concuerda, lo más probable es que la operación de compra o venta del activo tenga altas posibilidades de éxito, así que será el momento de ejecutarla. Sin embargo, no está de más revisar el calendario y predecir posibles cambios de tendencia a corto o medio plazo. Anuncios o noticias previsibles que no hayan tenido lugar aún pueden afectar el valor del activo en gran medida.

Si bien el análisis técnico puro puede tener cierta relevancia a la hora de hacer operaciones de compra-venta en un periodo muy corto de tiempo –minutos, horas o días–, en la mayoría de los casos es necesario acompañarlo del análisis fundamental para poder tomar decisiones acertadas. Si no lo hacemos de este modo, podemos ignorar factores esenciales que no es posible prever únicamente mediante el análisis de los gráficos, lo que podría causar pérdidas.

A la hora de invertir, lo ideal es contar siempre con la mayor información posible. En este sentido, tanto las señales técnicas –las que ofrecen los gráficos– como las fundamentales –las que provienen de factores externos– son esenciales para entender mejor la evolución de cada activo. Solo de este modo podremos aproximarnos de la mejor forma posible a la decisión más acertada en cada caso, maximizando nuestras ganancias y minimizando las pérdidas.

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