Telefónica, bajo la dirección de su presidente Marc Murtra, ha implementado una estrategia decidida para reducir su exposición en Hispanoamérica debido a pérdidas económicas y desafíos operativos. En los últimos dos meses, la compañía ha vendido sus filiales en Argentina, Colombia y Perú, respondiendo a las dificultades que enfrenta en la región, incluyendo inestabilidad política y desafíos financieros. El objetivo es minimizar riesgos y concentrarse en mercados más estables.
La venta de la filial peruana, anunciada recientemente, se concretó por aproximadamente 900 mil euros, tras la solicitud de concurso de acreedores de Telefónica del Perú. Anteriormente, la operadora había vendido su participación en Colombia a Millicom por unos 368 millones de euros, y su filial argentina a Telecom Argentina por cerca de 1.190 millones de euros. Estas desinversiones han resultado en la pérdida de 57,9 millones de clientes, aunque han sido bien recibidas por analistas financieros.
En contraste con su retirada de Hispanoamérica, Telefónica ha reafirmado su compromiso con Europa y Brasil. Europa se considera una prioridad, con mercados clave como España, Reino Unido y Alemania. Además, Brasil, operado bajo la marca Vivo, ha mostrado un incremento significativo en ingresos y beneficios. Mientras tanto, Telefónica planea invertir 480 millones de euros en Venezuela para desarrollar tecnología 5G, demostrando una apuesta selectiva en la región.
A pesar de que Hispam representa el 22% de los ingresos de Telefónica, su contribución financiera ha sido negativa. Por ello, la empresa está enfocada en prevenir futuras pérdidas mediante una gestión financiera rigurosa y simplificando sus operaciones. La estrategia de Murtra busca fortalecer la presencia en mercados más rentables y estables, asegurando el crecimiento sostenido de la compañía en el futuro.