TradingKey - Bank of America ha revisado este viernes sus previsiones de crecimiento económico para España, elevando la cifra de 2025 en una décima hasta el 2,4%, mientras que ha reducido la proyección para el próximo año en una décima, situándola en el 1,5%. Esta revisión se debe al impacto esperado de los aranceles estadounidenses impuestos por Donald Trump, siendo España el país menos afectado en la eurozona.
Por el contrario, Alemania enfrentará un fuerte impacto debido a su dependencia de las exportaciones y su sector automovilístico, reduciendo sus previsiones de crecimiento para 2025 al -0,1%. Las economías de Francia e Italia también experimentarán caídas, con un crecimiento del 0,4% en 2025 y del 0,7% en 2026, cada una con reducciones acumuladas en sus expectativas previas.
A nivel de la eurozona, Bank of America anticipa un crecimiento del PIB más moderado, reduciendo en una décima las previsiones para ambos años, estableciéndolas en el 0,8% para 2025 y el 1% para 2026. La incertidumbre comercial, los aranceles de hasta el 10% a las importaciones de la UE, la fortaleza del euro y la menor demanda de EE.UU. y China son los principales factores que afectan estas proyecciones. El informe también menciona la posibilidad de que la pausa de 90 días en los aranceles recíprocos se vuelva permanente, situando un aumento de aranceles al 20% como un riesgo potencial.
En cuanto a la inflación, Bank of America prevé que la inflación general cierre 2025 en un 1,7%, una décima menos que las estimaciones anteriores, con una desaceleración al 1,4% en 2026. La inflación subyacente se estima en un 2% para 2025 y 1,7% para 2026. Además, una reducción del precio de la electricidad en Alemania podría añadir un factor desinflacionista adicional, complicando la dinámica económica en la región.
Por último, el Banco Central Europeo (BCE) podría seguir flexibilizando su política monetaria, con tipos de interés previstos en el 1,50% para septiembre y en el 1,25% para diciembre. Bank of America considera que el BCE evitará grandes reducciones a menos que el entorno macroeconómico se deteriore significativamente o surjan tensiones en el mercado de valores.