El Banco de Japón (BoJ) publicó el Resumen de Opiniones de su reunión de política monetaria de marzo, con los hallazgos clave que se detallan a continuación.
Un miembro dijo que la inflación está superando algo las expectativas.
Un miembro dijo que los aumentos salariales en las negociaciones salariales de primavera están superando algo las cifras del año pasado, con salarios nominales aumentando a un ritmo acorde con la consecución del objetivo de precios del BOJ.
Un miembro dijo que el aumento de los salarios probablemente respaldará el consumo.
Un miembro dijo que hay preguntas sobre si las ganancias salariales serían sostenibles.
Un miembro dijo que la incertidumbre económica global está aumentando.
Un miembro dijo que la incertidumbre elevada sobre la economía global podría ser un nuevo factor de riesgo desde nuestra reunión anterior en enero.
Un miembro dijo que el riesgo inflacionario en EE.UU. y el riesgo de deterioro económico están ambos aumentando.
Un miembro dijo que la inflación subyacente es muy probable que acelere de manera constante hacia el 2%, dado el aumento constante de los precios y el resultado de las negociaciones salariales.
Un miembro dijo que las políticas de la nueva administración de EE.UU. podrían afectar los movimientos de precios en Japón a través de fluctuaciones en los mercados y las tasas de cambio.
Tras el Resumen de Opiniones del BoJ, el par USD/JPY ha subido un 0.14% en el día para cotizar en 155.30 al momento de escribir.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.