S&P Global Ratings ha ajustado a la baja su pronóstico de crecimiento económico para la eurozona en 2025, reduciéndolo del 1,2% al 0,9% por las tensiones comerciales y aranceles impuestos por Estados Unidos. El informe, titulado "El mundo está en un limbo", advierte sobre la incertidumbre que afecta al panorama económico de la región, aunque anticipa una recuperación sólida a partir de 2026 gracias a las políticas de estímulo fiscal implementadas en Alemania y la Unión Europea.
Sylvain Broyer, economista jefe de S&P para EMEA, destacó que si los aranceles de EEUU fueran severos, el crecimiento podría descender al 0,5% en 2025. Esto forzaría al Banco Central Europeo a reducir las tasas de interés varias veces este año y posponer cualquier aumento hasta después de lo previsto. El último recorte podría ocurrir en junio, bajando posiblemente al 2,25%, con subidas esperadas a partir de la segunda mitad de 2026.
A pesar de la incertidumbre política, S&P resalta una recuperación de la confianza en Europa, impulsada por la caída de tasas de interés e inflación, así como por la estabilidad del mercado laboral. La formación rápida de un nuevo gobierno en Alemania y los anuncios de medidas fiscales han reforzado esta confianza.
España, por su parte, muestra una perspectiva más positiva con un crecimiento revisado al alza del 2,6% para este año. La inflación en España se espera que sea del 2,5% en 2023, estabilizándose en un 2% en los años siguientes. En contraste, las proyecciones de crecimiento para Alemania y Francia son más moderadas, con Alemania creciendo un 0,3% en 2023 y Francia un 0,7%, pero ambos países muestran expectativas de mejora gradual hacia 2026.