El Banco de España ha presentado su informe del primer trimestre de 2025, revelando una prevista reducción en la tasa de desempleo español a un 10,5% para finales de 2025. Esta proyección es tres décimas inferior a su anterior estimación de diciembre. En 2026, se anticipa que la tasa de desempleo baje al 10%, y en 2027, podría reducirse al 9,5%, un nivel no visto desde 2007. Este descenso sostenido marca una recuperación tras el impacto de la pandemia. Sin embargo, el ritmo de desaceleración se prevé que disminuya gradualmente durante este período.
El informe también señala una previsión de ralentización en la creación de empleo después de los incrementos significativos del 3% y 2,2% en 2023 y 2024, respectivamente. Se espera que el crecimiento del empleo disminuya a un 1,9% en 2025, reduciéndose gradualmente al 1% para 2027.
Una consecuencia positiva de estas proyecciones es el aumento de la productividad. Dado que el crecimiento del PIB será menor que el ritmo de creación de empleo, se anticipa que la productividad aumentará en los próximos años. Este incremento es una señal positiva para la economía española, ya que un aumento sostenido en la productividad puede llevar a mejoras en los salarios reales y en la renta familiar. El informe destaca que este crecimiento de la productividad superará ligeramente el observado en el período 2000-2019, lo que podría traducirse en un aumento de los salarios reales.
En cuanto a los salarios, se anticipa un aumento del 3% para 2025, aunque podría exceder esta cifra, como ocurrió en 2024 cuando los salarios crecieron un 5,4% debido a subidas en múltiples sectores y un incremento en las cotizaciones sociales. Las causas de estas subidas incluyen medidas del Ministerio de Trabajo y Economía Social, como el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI), negociaciones colectivas alineadas con la inflación, y aumentos en sectores especializados que buscan atraer talento.