El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, dijo temprano el miércoles que es natural que las tasas a largo plazo cambien en línea con la perspectiva del mercado sobre las tasas de política a corto plazo.
El mercado determina las tasas a largo plazo.
No hay una gran diferencia entre nuestra opinión y la de los mercados cuando se nos pregunta sobre los recientes aumentos de las tasas a largo plazo.
Los cambios en las tasas a largo plazo reflejan las opiniones del mercado sobre las tendencias económicas, de precios y los ajustes de tasas globales.
Es cierto que las tasas a largo plazo han estado aumentando como una tendencia desde el año pasado.
Las tasas a largo plazo han estado aumentando como una tendencia desde el año pasado.
El aumento en las tasas extendidas probablemente elevará los costos de financiamiento para las finanzas del gobierno.
Al momento de la publicación, el par USD/JPY sube un 0.20% en el día para cotizar en 148.09.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.