El USD/CLP estableció un máximo diario en 954.75, donde atrajo vendedores que arrastraron la paridad a un mínimo no visto desde el 27 de febrero en 946.7. Actualmente, el USD/CLP opera en 949.25, perdiendo un 0.16% diario.
El Índice del Dólar (DXY) pierde un 0.34% en la jornada del martes, alcanzando mínimos de cuatro meses no vistos desde el 9 de diciembre de 2024 en 105.88, firmando su segunda sesión consecutiva a la baja.
La caída en el DXY se presenta en un contexto en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha impuesto a partir del día de hoy, aranceles del 25% a México y Canadá. La respuesta de sus contrapartes no se ha hecho esperar, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, anunció aranceles del 25% sobre importaciones estadounidenses por valor de 30.000 millones de dólares. Por otro lado, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha declarado que tiene un “plan A, plan B, plan C y plan D”, ante este escenario, aunque no ha dado detalles al respecto.
El Peso chileno navega en medio de estos eventos con una relativa apreciación frente al Dólar estadounidense, alcanzando máximos de tres días, aprovechando la caída del DXY y el incremento reciente de los precios del cobre, del cual es un fuerte exportador. El USD/CLP firma su segunda jornada consecutiva a la baja, operando en 949.25 en estos momentos, con una pérdida de un 0.16% el día de hoy.
Los inversionistas estarán atentos a las declaraciones que ofrecerán en el transcurso del día, Thomas Barkin y John Williams, miembros de la Reserva Federal.
El USD/CLP estableció un soporte de corto plazo dado por el mínimo del 25 de febrero en 936.79. El siguiente soporte clave está en 894.25, mínimo del 30 de septiembre. Al alza, la resistencia más cercana la observamos en 1,001.60, punto pivote del 3 de febrero.
Gráfico diario del USD/CLP
El Dólar estadounidense (USD) es la moneda oficial de los Estados Unidos de América, y la moneda "de facto" de un número significativo de otros países donde se encuentra en circulación junto con los billetes locales. Según datos de 2022, es la divisa más negociada del mundo, con más del 88% de todas las operaciones mundiales de cambio de divisas, lo que equivale a una media de 6.6 billones de dólares en transacciones diarias. Tras la Segunda Guerra Mundial, el USD tomó el relevo de la libra esterlina como moneda de reserva mundial.
El factor individual más importante que influye en el valor del Dólar estadounidense es la política monetaria, que está determinada por la Reserva Federal (Fed). La Fed tiene dos mandatos: lograr la estabilidad de precios (controlar la inflación) y fomentar el pleno empleo. Su principal herramienta para lograr estos dos objetivos es ajustar las tasas de interés. Cuando los precios suben demasiado deprisa y la inflación supera el objetivo del 2% fijado por la Fed, ésta sube los tipos, lo que favorece la cotización del dólar. Cuando la Inflación cae por debajo del 2% o la tasa de desempleo es demasiado alta, la Fed puede bajar las tasas de interés, lo que pesa sobre el Dólar.
En situaciones extremas, la Reserva Federal también puede imprimir más dólares y promulgar la flexibilización cuantitativa (QE). La QE es el proceso mediante el cual la Fed aumenta sustancialmente el flujo de crédito en un sistema financiero atascado. Se trata de una medida de política no convencional que se utiliza cuando el crédito se ha agotado porque los bancos no se prestan entre sí (por miedo al impago de las contrapartes). Es el último recurso cuando es poco probable que una simple bajada de las tasas de interés logre el resultado necesario. Fue el arma elegida por la Fed para combatir la contracción del crédito que se produjo durante la Gran Crisis Financiera de 2008. Consiste en que la Fed imprima más dólares y los utilice para comprar bonos del gobierno estadounidense, principalmente de instituciones financieras. El QE suele conducir a un debilitamiento del Dólar estadounidense.
El endurecimiento cuantitativo (QT) es el proceso inverso por el que la Reserva Federal deja de comprar bonos a las instituciones financieras y no reinvierte el capital de los valores en cartera que vencen en nuevas compras. Suele ser positivo para el dólar estadounidense.