Raphael Bostic, presidente de la Reserva Federal de Atlanta, aún ve margen para dos recortes de tasas este año, aunque mucho depende de las condiciones económicas en evolución.
No espera un nuevo estallido de inflación, aunque la incertidumbre es generalizada.
Las empresas son optimistas sobre la desregulación, pero aprensivas sobre el impacto de los cambios en aranceles e inmigración.
Dice que su expectativa general es que la inflación continúe una caída accidentada hacia el 2%, con la inflación de la vivienda probablemente disminuyendo y las expectativas ancladas.
Las empresas dicen que intentarían trasladar los impuestos a las importaciones a los consumidores.
El mercado laboral muestra signos de relajación, como la dificultad para encontrar trabajo, pero es en general estable.
La política monetaria está actualmente en un buen lugar, pero este no es un momento para ser complaciente respecto a los riesgos.
Aún ve dos recortes de tasas de la Fed este año, con mucha incertidumbre.
Dice que mucho podría suceder para generar más o menos recortes de tasas.
Comenta que los datos de inflación han sido accidentados y que es probable que continúen así.
Aún piensa que el mayor riesgo para el mandato de la Fed proviene de la inflación; el 2% es el objetivo y el banco central de EE.UU. no ha llegado allí.
El objetivo sigue siendo alcanzar el 2% sin dañar el mercado laboral.
La posibilidad de ralentizar el endurecimiento cuantitativo no se trata solo del techo de la deuda, sino también porque la Fed no quiere excederse.
No quiere que su balance se convierta en una fuente de inestabilidad.
Querrá revisar el lenguaje de su marco actual sobre el empleo máximo para ver cómo funcionó en la práctica.
Dice que aún está tratando de entender las implicaciones de la orden ejecutiva de Trump sobre el papel de la Fed en la regulación financiera.
La tasa de interés de referencia actual de la Fed es moderadamente restrictiva en comparación con una tasa neutral del 3%-3.5%.
Una desaceleración en la economía debido a los próximos cambios de política es una preocupación material, pero las empresas esperan que 2025 sea un año sólido.