El miembro de la junta del Banco de Japón (BoJ), Naoki Tamura, sugirió el jueves una subida gradual de tasas en el momento oportuno. Tamura añadió que el banco central elevará las tasas a aproximadamente 1% para la segunda mitad del año fiscal 2025.
Sugiere una subida gradual de tasas en el momento oportuno.
Preocupado por el posible impacto negativo de los altos precios del arroz y la inflación prolongada por encima del 2% durante casi tres años en el consumo.
Una tasa del 0.75% seguiría siendo negativa en términos reales.
Sin preconcepción sobre el impacto de la subida de tasas.
Las restricciones de suministro están ejerciendo presión al alza sobre los precios, la brecha de producción ya podría ser positiva.
Las expectativas de inflación corporativa y de los hogares están aumentando, alcanzando niveles de aproximadamente 2%.
Construyendo riesgos al alza en los precios.
Espera que la tasa de interés se mantenga en 1% en la segunda mitad del año fiscal 2025.
Cree que las tasas de interés deben elevarse para alcanzar un nivel nominal neutral de al menos 1%.
Personalmente, no creo que podamos decir que la pasada flexibilización monetaria masiva del BoJ tuvo un efecto positivo en su conjunto, dado los fuertes efectos secundarios.
Debe examinarse si la prolongada flexibilización monetaria podría causar problemas como caídas excesivas del yen y picos en los precios de la vivienda.
Al momento de la publicación, el par USD/JPY baja un 0.49% en el día para cotizar a 151.94.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.