La clara y rápida victoria de Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU. ha evitado la agitación en los mercados financieros y, lo que es más importante, la violencia política en las calles, señala Philip Marey, estratega jefe de EE.UU. en Rabobank.
El regreso de Trump al poder, respaldado por mayorías republicanas en el Senado y probablemente en la Cámara de Representantes, implica un cambio importante en la política económica de EE.UU.
Es probable que Trump aumente los aranceles, lo que podría causar un rebote en la inflación y una desaceleración en el crecimiento económico. El impacto negativo en el crecimiento podría mitigarse con recortes de impuestos y desregulación por parte de un Congreso republicano. Sin embargo, esto aumentaría el déficit presupuestario y reforzaría la inflación, especialmente en combinación con una reducción de la inmigración.
Para la Fed, esto significa que una pausa en el ciclo de recortes es probable en 2025. Esto aumentaría las tensiones entre Trump y Powell y daría al presidente de EE.UU. un incentivo adicional para desafiar la independencia de la Fed.