El Índice del Dólar estadounidense (DXY) inicia un nuevo mes de cotización el viernes, con una apertura ligeramente a la baja en el nivel de 103.7. Esta caída se debe principalmente a la contracción del sector manufacturero estadounidense en febrero. A pesar de la caída general de los resultados del sector manufacturero, los responsables de la Reserva Federal (Fed) mantienen la cara de póquer y se han negado a empezar a recortar los tipos.
Mientras tanto, aunque la economía estadounidense muestra signos mixtos, los mercados se alinean con las previsiones de la Fed y esperan ahora 75 puntos básicos de relajación en 2024, a partir de junio.
Los indicadores del gráfico diario reflejan un panorama mixto para el índice. El índice de fuerza relativa (RSI) se encuentra en territorio positivo, pero muestra una pendiente negativa, lo que significa una pérdida de impulso comprador y un posible cambio en el sentimiento del mercado. Sin embargo, se mantiene en la zona positiva, lo que indica que la fuerza compradora, aunque debilitada, sigue vigente.
Por su parte, las barras rojas planas de la divergencia de convergencia de medias móviles (MACD) dibujan un estancamiento temporal de la tendencia, lo que apunta a un mercado indeciso.
En cuanto a las medias móviles simples (SMA), el índice cotiza por debajo de las SMA de 20 y 100 días, lo que sugiere que ha estado experimentando cierta presión vendedora a corto plazo. Sin embargo, el hecho de que se mantenga por encima de la SMA de 200 días indica que la tendencia alcista a largo plazo sigue intacta, lo que revela que los toros están logrando mantener su postura frente a las fuerzas bajistas en el gran esquema de las cosas.
El Dólar estadounidense (USD) es la moneda oficial de los Estados Unidos de América, y la moneda "de facto" de un número significativo de otros países donde se encuentra en circulación junto con los billetes locales. Según datos de 2022, es la divisa más negociada del mundo, con más del 88% de todas las operaciones mundiales de cambio de divisas, lo que equivale a una media de 6.6 billones de dólares en transacciones diarias.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el USD tomó el relevo de la libra esterlina como moneda de reserva mundial.
El factor individual más importante que influye en el valor del Dólar estadounidense es la política monetaria, que está determinada por la Reserva Federal (Fed). La Fed tiene dos mandatos: lograr la estabilidad de precios (controlar la inflación) y fomentar el pleno empleo. Su principal herramienta para lograr estos dos objetivos es ajustar las tasas de interés.
Cuando los precios suben demasiado deprisa y la inflación supera el objetivo del 2% fijado por la Fed, ésta sube los tipos, lo que favorece la cotización del dólar. Cuando la Inflación cae por debajo del 2% o la tasa de desempleo es demasiado alta, la Fed puede bajar las tasas de interés, lo que pesa sobre el Dólar.
En situaciones extremas, la Reserva Federal también puede imprimir más dólares y promulgar la flexibilización cuantitativa (QE). La QE es el proceso mediante el cual la Fed aumenta sustancialmente el flujo de crédito en un sistema financiero atascado. Se trata de una medida de política no convencional que se utiliza cuando el crédito se ha agotado porque los bancos no se prestan entre sí (por miedo al impago de las contrapartes). Es el último recurso cuando es poco probable que una simple bajada de las tasas de interés logre el resultado necesario. Fue el arma elegida por la Fed para combatir la contracción del crédito que se produjo durante la Gran Crisis Financiera de 2008. Consiste en que la Fed imprima más dólares y los utilice para comprar bonos del gobierno estadounidense, principalmente de instituciones financieras. El QE suele conducir a un debilitamiento del Dólar estadounidense.
El endurecimiento cuantitativo (QT) es el proceso inverso por el que la Reserva Federal deja de comprar bonos a las instituciones financieras y no reinvierte el capital de los valores en cartera que vencen en nuevas compras. Suele ser positivo para el dólar estadounidense.