El S&P 500 estableció un máximo del día en 5.388, encontrando vendedores agresivos que arrastraron el índice a mínimos del 10 de abril en 5.218. En estos momentos, el S&P 500 opera sobre 5.271, perdiendo un 2.28% el día de hoy.
De acuerdo con información presentada por la Oficina del Censo de Estados Unidos, las ventas minoristas aumentaron 1.4% en marzo, superando las proyecciones de un 1.3%. Esta cifra se ubica por encima del 0.2% observado en febrero.
Por otro lado, producción industrial de EE.UU. se contrajo un 0.3% en marzo, empeorando las proyecciones de una disminución de un 0.2%. Estos resultados son posteriores al crecimiento registrado de un 0.8% el mes previo.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señaló en su discurso del día de hoy que la economía de Estados Unidos es sólida, a pesar de la elevada incertidumbre. De igual forma, reconoció que los aranceles mayores de los esperados probablemente signifiquen mayor inflación y un menor crecimiento económico.
La atención de los inversionistas estará ahora puesta en el índice manufacturero de la Fed de Filadelfia, en las peticiones semanales de subsidio por desempleo y en el discurso de Michael Barr, miembro de la Reserva Federal.
El S&P 500 reaccionó la baja desde una resistencia de corto plazo dada por el máximo del 9 de abril en 5.479 en convergencia con el retroceso del 50% de Fibonacci. La siguiente resistencia clave se encuentra en 6.145 máximo del 19 de febrero. A la baja, el soporte importante lo observamos en 4810, punto pivote del 7 de abril.
Gráfico diario del S&P 500
El S&P 500 es un índice bursátil muy seguido que mide el rendimiento de 500 empresas públicas y se considera una medida amplia del mercado bursátil estadounidense. La influencia de cada empresa en el cálculo del índice se pondera en función de la capitalización bursátil. Ésta se calcula multiplicando el número de acciones cotizadas de la empresa por el precio de la acción. El índice S&P 500 ha logrado rendimientos impresionantes: 1.00$ invertido en 1970 habría producido un rendimiento de casi 192.00$ en 2022. La rentabilidad media anual desde su creación en 1957 ha sido del 11.9%.
Las empresas se seleccionan por comité, a diferencia de otros índices en los que se incluyen en función de normas establecidas. Aun así, deben cumplir ciertos criterios de elegibilidad, el más importante de los cuales es la capitalización bursátil, que debe ser igual o superior a 12.700 millones de dólares. Otros criterios son la liquidez, el domicilio, la capitalización bursátil, el sector, la viabilidad financiera, el tiempo de cotización y la representación de los sectores de la economía de Estados Unidos. Las nueve mayores empresas del índice representan el 27.8% de la capitalización bursátil del índice.
Hay varias formas de operar con el S&P 500. La mayoría de los corredores minoristas y plataformas de spread betting permiten a los operadores utilizar Contratos por Diferencia (CFD) para realizar apuestas sobre la dirección del precio. Además, se pueden comprar fondos indexados, fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que siguen la cotización del S&P 500. El más líquido de los ETF es el ETF de la Bolsa de Londres. El más líquido de los ETF es el SPY de State Street Corporation. El Chicago Mercantile Exchange (CME) ofrece contratos de futuros sobre el índice y el Chicago Board of Options (CMOE) ofrece opciones, así como ETF, ETF inversos y ETF apalancados.
Son muchos los factores que impulsan al S&P 500, pero principalmente es el rendimiento agregado de las empresas que lo componen, revelado en sus informes de resultados trimestrales y anuales. Los datos macroeconómicos estadounidenses y mundiales también contribuyen, ya que influyen en la confianza de los inversores, que si es positiva impulsa las ganancias. El nivel de los tipos de interés, fijado por la Reserva Federal (Fed), también influye en el S&P 500, ya que afecta al coste del crédito, del que dependen en gran medida muchas empresas. Por lo tanto, la inflación puede ser un factor determinante, así como otros parámetros que influyen en las decisiones de la Reserva Federal.