El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que mide el valor del Dólar estadounidense frente a una cesta de divisas, cotiza cerca del área de 104.20 el martes, mostrando poco sesgo direccional tras una serie de publicaciones de datos económicos débiles de EE.UU. Un dato del PMI manufacturero ISM más débil de lo esperado, una disminución en las Ofertas de Empleo y comentarios cautelosos de la Fed pintan un panorama incierto para el Dólar. A pesar de ganancias modestas, el trasfondo técnico sigue siendo frágil mientras los operadores miran hacia adelante a más impulsores macroeconómicos más adelante esta semana.
El Índice del Dólar estadounidense está registrando ganancias modestas el martes, pero el panorama técnico más amplio sigue siendo bajista. El indicador de Convergencia/Divergencia de Medias Móviles (MACD) aún señala un posible cruce alcista, sin embargo, los indicadores a más largo plazo como las Medias Móviles Simples (SMA) de 100 días y 200 días, así como la Media Móvil Exponencial (EMA) de 30 días, continúan mostrando señales de venta.
El Índice de Fuerza Relativa (RSI) en 76.92, junto con lecturas estocásticas, apunta a condiciones de sobrecompra, mientras que el Oscilador Asombroso se mantiene neutral. La SMA de 20 días ofrece un leve soporte alcista. La resistencia se ubica en 104.435, 104.841 y 104.847, mientras que el soporte se encuentra cerca de 104.169, 104.165 y 104.128.
Las condiciones del mercado laboral son un elemento clave para evaluar la salud de una economía y, por lo tanto, un factor clave para la valoración de las divisas. Un alto nivel de empleo, o un bajo nivel de desempleo, tiene implicaciones positivas para el gasto de los consumidores y, por tanto, para el crecimiento económico, lo que impulsa el valor de la moneda local. Por otra parte, un mercado laboral muy ajustado -situación en la que hay escasez de trabajadores para cubrir los puestos vacantes- también puede tener implicaciones en los niveles de inflación y, por tanto, en la política monetaria, ya que una oferta de mano de obra baja y una demanda alta conducen a unos salarios más altos.
El ritmo al que crecen los salarios en una economía es clave para los responsables políticos. Un crecimiento salarial elevado significa que los hogares disponen de más dinero para gastar, lo que suele traducirse en subidas de precios de los bienes de consumo. A diferencia de otras fuentes de inflación más volátiles, como los precios de la energía, el crecimiento salarial se considera un componente clave de la inflación subyacente y persistente, ya que es improbable que los aumentos salariales se deshagan. Los bancos centrales de todo el mundo prestan mucha atención a los datos de crecimiento salarial a la hora de decidir su política monetaria.
El peso que cada banco central asigna a las condiciones del mercado laboral depende de sus objetivos. Algunos bancos centrales tienen mandatos explícitamente relacionados con el mercado laboral más allá de controlar los niveles de inflación. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), por ejemplo, tiene el doble mandato de promover el máximo empleo y unos precios estables. Mientras tanto, el único mandato del Banco Central Europeo (BCE) es mantener la inflación bajo control. Aún así, y a pesar de los mandatos que tengan, las condiciones del mercado laboral son un factor importante para las autoridades dada su importancia como indicador de la salud de la economía y su relación directa con la inflación.