El S&P 500 estableció un máximo diario en 5.690, donde trajo vendedores agresivos que arrastraron el índice a un mínimo de dos semanas en 5.556. En estos momentos, el S&P 500 cotiza en 5.557, perdiendo un 2.33% diario.
De acuerdo con la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos, el Índice de precios subyacente del gasto en consumo personal (PCE) subió un 2.8% de febrero, superando las expectativas del mercado y el registro previo de un 2.7%.
Por otro lado, el índice de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan se ubicó en 57 puntos en marzo, decepcionando las estimaciones del consenso y la cifra observada en febrero de 57.9 puntos.
La presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, señaló el día de hoy que el crecimiento económico y el mercado laboral siguen siendo sólidos en Estados Unidos, por lo que dos recortes de tasas siguen siendo una proyección razonable para 2025.
En este escenario, el S&P 500 cae un 2.33% en la última jornada de la semana, llegando a mínimos de dos semanas no vistos desde el 14 de marzo en 5.556, firmando su tercera jornada consecutiva con pérdidas.
El S&P 500 estableció una resistencia de corto plazo dado por el máximo del 25 de marzo en 5.784. La siguiente resistencia clave se encuentra en 6.007 máximo del 26 de febrero en convergencia con el retroceso del 23.6% de Fibonacci. A la baja, el soporte más cercano se encuentra en 5.504, punto pivote del 13 de marzo.
Gráfica de 4 horas del S&P 500
El S&P 500 es un índice bursátil muy seguido que mide el rendimiento de 500 empresas públicas y se considera una medida amplia del mercado bursátil estadounidense. La influencia de cada empresa en el cálculo del índice se pondera en función de la capitalización bursátil. Ésta se calcula multiplicando el número de acciones cotizadas de la empresa por el precio de la acción. El índice S&P 500 ha logrado rendimientos impresionantes: 1.00$ invertido en 1970 habría producido un rendimiento de casi 192.00$ en 2022. La rentabilidad media anual desde su creación en 1957 ha sido del 11.9%.
Las empresas se seleccionan por comité, a diferencia de otros índices en los que se incluyen en función de normas establecidas. Aun así, deben cumplir ciertos criterios de elegibilidad, el más importante de los cuales es la capitalización bursátil, que debe ser igual o superior a 12.700 millones de dólares. Otros criterios son la liquidez, el domicilio, la capitalización bursátil, el sector, la viabilidad financiera, el tiempo de cotización y la representación de los sectores de la economía de Estados Unidos. Las nueve mayores empresas del índice representan el 27.8% de la capitalización bursátil del índice.
Hay varias formas de operar con el S&P 500. La mayoría de los corredores minoristas y plataformas de spread betting permiten a los operadores utilizar Contratos por Diferencia (CFD) para realizar apuestas sobre la dirección del precio. Además, se pueden comprar fondos indexados, fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que siguen la cotización del S&P 500. El más líquido de los ETF es el ETF de la Bolsa de Londres. El más líquido de los ETF es el SPY de State Street Corporation. El Chicago Mercantile Exchange (CME) ofrece contratos de futuros sobre el índice y el Chicago Board of Options (CMOE) ofrece opciones, así como ETF, ETF inversos y ETF apalancados.
Son muchos los factores que impulsan al S&P 500, pero principalmente es el rendimiento agregado de las empresas que lo componen, revelado en sus informes de resultados trimestrales y anuales. Los datos macroeconómicos estadounidenses y mundiales también contribuyen, ya que influyen en la confianza de los inversores, que si es positiva impulsa las ganancias. El nivel de los tipos de interés, fijado por la Reserva Federal (Fed), también influye en el S&P 500, ya que afecta al coste del crédito, del que dependen en gran medida muchas empresas. Por lo tanto, la inflación puede ser un factor determinante, así como otros parámetros que influyen en las decisiones de la Reserva Federal.