El S&P 500 registró un máximo del día en 6124, atrayendo vendedores agresivos que arrastraron el índice a mínimos del 12 de febrero en 6025. Al momento de escribir, el S&P 500 cotiza en 6.027, cayendo un 1.46% el día de hoy.
Con base en la información presentada por Markit Economics, el PMI de servicios de S&P Global se ubicó en 49 puntos en febrero, por debajo de los 53 puntos estimados y de los 52.9 puntos registrados previamente. En contraste, el PMI manufacturero subió a 51.6 puntos En el mismo periodo, mejorando los 515 estimados y los 51.2 alcanzados en el periodo anterior.
Por otro lado, el Índice de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan cayó a 64.7 puntos en enero, empeorando los 67.8 previos y estimados.
Las acciones de Akamai Technologies (AKAM) se desploman un 21.73% en la jornada del viernes, alcanzando mínimos no vistos desde el 30 de marzo de 2023 en 76.73$ tras la publicación de su informe trimestral. AKAM obtuvo ingresos por 1.02 mil millones de dólares en línea con las proyecciones del mercado, así como una ganancia por acción de 1.66$, por encima de los 1.52$ proyectados por los analistas. La compañía recortó las previsiones de ingresos para el 2025, ocasionando una venta masiva en el precio de sus acciones.
El S&P 500 firma su segunda jornada consecutiva a la baja, finalizando la sesión en mínimos del día, apuntando la zona de soporte clave ubicada en 5.900.
El S&P 500 estableció una resistencia de corto plazo dada por el máximo alcanzado al 19 de febrero en 6.145. A la baja, el soporte más cercano está en 5.916, mínimo del 27 de enero. El siguiente nivel de soporte clave se encuentra en 5.765, punto pivote del 13 de enero.
Gráfica de 4 horas del S&P 500
El S&P 500 es un índice bursátil muy seguido que mide el rendimiento de 500 empresas públicas y se considera una medida amplia del mercado bursátil estadounidense. La influencia de cada empresa en el cálculo del índice se pondera en función de la capitalización bursátil. Ésta se calcula multiplicando el número de acciones cotizadas de la empresa por el precio de la acción. El índice S&P 500 ha logrado rendimientos impresionantes: 1.00$ invertido en 1970 habría producido un rendimiento de casi 192.00$ en 2022. La rentabilidad media anual desde su creación en 1957 ha sido del 11.9%.
Las empresas se seleccionan por comité, a diferencia de otros índices en los que se incluyen en función de normas establecidas. Aun así, deben cumplir ciertos criterios de elegibilidad, el más importante de los cuales es la capitalización bursátil, que debe ser igual o superior a 12.700 millones de dólares. Otros criterios son la liquidez, el domicilio, la capitalización bursátil, el sector, la viabilidad financiera, el tiempo de cotización y la representación de los sectores de la economía de Estados Unidos. Las nueve mayores empresas del índice representan el 27.8% de la capitalización bursátil del índice.
Hay varias formas de operar con el S&P 500. La mayoría de los corredores minoristas y plataformas de spread betting permiten a los operadores utilizar Contratos por Diferencia (CFD) para realizar apuestas sobre la dirección del precio. Además, se pueden comprar fondos indexados, fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que siguen la cotización del S&P 500. El más líquido de los ETF es el ETF de la Bolsa de Londres. El más líquido de los ETF es el SPY de State Street Corporation. El Chicago Mercantile Exchange (CME) ofrece contratos de futuros sobre el índice y el Chicago Board of Options (CMOE) ofrece opciones, así como ETF, ETF inversos y ETF apalancados.
Son muchos los factores que impulsan al S&P 500, pero principalmente es el rendimiento agregado de las empresas que lo componen, revelado en sus informes de resultados trimestrales y anuales. Los datos macroeconómicos estadounidenses y mundiales también contribuyen, ya que influyen en la confianza de los inversores, que si es positiva impulsa las ganancias. El nivel de los tipos de interés, fijado por la Reserva Federal (Fed), también influye en el S&P 500, ya que afecta al coste del crédito, del que dependen en gran medida muchas empresas. Por lo tanto, la inflación puede ser un factor determinante, así como otros parámetros que influyen en las decisiones de la Reserva Federal.