El S&P 500 marcó un máximo diario en 6.134, encontrando vendedores agresivos que llevaron el índice a un mínimo no visto desde el 13 de febrero en 6.085. Actualmente, el S&P 500 opera sobre 6.116, perdiendo un 0.42% diario.
De acuerdo con el Departamento del Trabajo de Estados Unidos, las solicitudes semanales de subsidio por desempleo se incrementaron a 219.000 en la semana que concluyó el 14 de febrero, por encima de las 215.000 estimadas y de las 214.000 registradas en la semana previa.
Por otro lado, el Índice manufacturero de la Fed de Filadelfia presentó un decremento a 18.1 puntos en enero, por debajo de los 20 puntos esperados y de los 44.3 alcanzados en enero.
Tras estas noticias, los principales índices bursátiles reaccionaron a la baja, siendo EPAM Systems (EPAM) la compañía que lidero las caídas en el S&P 500. EPAM publicó el día de hoy su informe de ganancias, obteniendo ingresos por 1.25 mil millones de dólares frente a los 1.21 mil millones de dólares esperados por el mercado, así como una ganancia por acción de 2.84$, superior a los 2.755$ proyectados por los analistas. Sin embargo, le empresa disminuyó sus proyecciones de ingresos para el siguiente trimestre, ocasionando una venta masiva en el precio de sus acciones, alcanzando mínimos no vistos desde el 7 de noviembre de 2024 en 213.42$, para concluir la jornada con una caída diaria de un 12.80%.
El S&P 500 reaccionó a la baja en una resistencia de corto plazo dada por el máximo alcanzado al 19 de febrero en 6.144. Al sur, el soporte más cercano se encuentra en 5.998, mínimo del 12 de febrero. El siguiente nivel de soporte clave lo observamos en 5.916, punto pivote del 27 de enero.
Gráfica de 4 horas del S&P 500
El S&P 500 es un índice bursátil muy seguido que mide el rendimiento de 500 empresas públicas y se considera una medida amplia del mercado bursátil estadounidense. La influencia de cada empresa en el cálculo del índice se pondera en función de la capitalización bursátil. Ésta se calcula multiplicando el número de acciones cotizadas de la empresa por el precio de la acción. El índice S&P 500 ha logrado rendimientos impresionantes: 1.00$ invertido en 1970 habría producido un rendimiento de casi 192.00$ en 2022. La rentabilidad media anual desde su creación en 1957 ha sido del 11.9%.
Las empresas se seleccionan por comité, a diferencia de otros índices en los que se incluyen en función de normas establecidas. Aun así, deben cumplir ciertos criterios de elegibilidad, el más importante de los cuales es la capitalización bursátil, que debe ser igual o superior a 12.700 millones de dólares. Otros criterios son la liquidez, el domicilio, la capitalización bursátil, el sector, la viabilidad financiera, el tiempo de cotización y la representación de los sectores de la economía de Estados Unidos. Las nueve mayores empresas del índice representan el 27.8% de la capitalización bursátil del índice.
Hay varias formas de operar con el S&P 500. La mayoría de los corredores minoristas y plataformas de spread betting permiten a los operadores utilizar Contratos por Diferencia (CFD) para realizar apuestas sobre la dirección del precio. Además, se pueden comprar fondos indexados, fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que siguen la cotización del S&P 500. El más líquido de los ETF es el ETF de la Bolsa de Londres. El más líquido de los ETF es el SPY de State Street Corporation. El Chicago Mercantile Exchange (CME) ofrece contratos de futuros sobre el índice y el Chicago Board of Options (CMOE) ofrece opciones, así como ETF, ETF inversos y ETF apalancados.
Son muchos los factores que impulsan al S&P 500, pero principalmente es el rendimiento agregado de las empresas que lo componen, revelado en sus informes de resultados trimestrales y anuales. Los datos macroeconómicos estadounidenses y mundiales también contribuyen, ya que influyen en la confianza de los inversores, que si es positiva impulsa las ganancias. El nivel de los tipos de interés, fijado por la Reserva Federal (Fed), también influye en el S&P 500, ya que afecta al coste del crédito, del que dependen en gran medida muchas empresas. Por lo tanto, la inflación puede ser un factor determinante, así como otros parámetros que influyen en las decisiones de la Reserva Federal.