El S&P 500 marcó un mínimo diario en 5.983, encontrando compradores que animaron el índice a máximos de más de un mes en 6.039. Al momento de escribir, el S&P 500 cotiza en 6.030, subiendo un 0.59% el día de hoy.
En medio de una ceremonia protocolaria donde asistieron expresidentes, empresarios e invitados especiales, Donald Trump ha asumido formalmente la presidencia de EE.UU. el día de hoy.
Durante su primer discurso, Trump ha confirmado la imposición de aranceles a diversos socios comerciales, entre los que destacan Canadá, México y China. De igual forma, destacó sus intenciones de recuperar el control comercial del canal de Panamá, así como la creación de un “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, con la intención de reducir la carga burocrática.
En medio de una semana saturada de reportes financieros, destacan los informes de Procter & Gamble (PG) y GE Aerospace (GE) el miércoles, del cual se esperan ingresos por 21.69 mil millones de dólares y una ganancia por acción de 1.87$. Por otro lado, GE Aerospace (GE) proyecta ingresos por 9.57 mil millones de dólares y una ganancia por acción de 1.05$. El jueves, American Express (AXP) dará a conocer su reporte financiero, el consenso de analistas prevé ingresos por 17.14 mil millones de dólares y una ganancia por acción de 3.02$.
En este contexto, el S&P 500 presenta una ganancia diaria de un 0.59% en la jornada del lunes, llegando a máximos no vistos desde el 18 de diciembre de 2024 en 6.039.
El S&P 500 formó un soporte de corto plazo en 5.929, dado por el mínimo del 16 de enero. La siguiente zona de soporte importante está en 5.765, punto pivote del 13 de enero. La resistencia más cercana se encuentra en 6.098, máximo del 6 de diciembre de 2024.
Gráfica de 4 horas del S&P 500
El S&P 500 es un índice bursátil muy seguido que mide el rendimiento de 500 empresas públicas y se considera una medida amplia del mercado bursátil estadounidense. La influencia de cada empresa en el cálculo del índice se pondera en función de la capitalización bursátil. Ésta se calcula multiplicando el número de acciones cotizadas de la empresa por el precio de la acción. El índice S&P 500 ha logrado rendimientos impresionantes: 1.00$ invertido en 1970 habría producido un rendimiento de casi 192.00$ en 2022. La rentabilidad media anual desde su creación en 1957 ha sido del 11.9%.
Las empresas se seleccionan por comité, a diferencia de otros índices en los que se incluyen en función de normas establecidas. Aun así, deben cumplir ciertos criterios de elegibilidad, el más importante de los cuales es la capitalización bursátil, que debe ser igual o superior a 12.700 millones de dólares. Otros criterios son la liquidez, el domicilio, la capitalización bursátil, el sector, la viabilidad financiera, el tiempo de cotización y la representación de los sectores de la economía de Estados Unidos. Las nueve mayores empresas del índice representan el 27.8% de la capitalización bursátil del índice.
Hay varias formas de operar con el S&P 500. La mayoría de los corredores minoristas y plataformas de spread betting permiten a los operadores utilizar Contratos por Diferencia (CFD) para realizar apuestas sobre la dirección del precio. Además, se pueden comprar fondos indexados, fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que siguen la cotización del S&P 500. El más líquido de los ETF es el ETF de la Bolsa de Londres. El más líquido de los ETF es el SPY de State Street Corporation. El Chicago Mercantile Exchange (CME) ofrece contratos de futuros sobre el índice y el Chicago Board of Options (CMOE) ofrece opciones, así como ETF, ETF inversos y ETF apalancados.
Son muchos los factores que impulsan al S&P 500, pero principalmente es el rendimiento agregado de las empresas que lo componen, revelado en sus informes de resultados trimestrales y anuales. Los datos macroeconómicos estadounidenses y mundiales también contribuyen, ya que influyen en la confianza de los inversores, que si es positiva impulsa las ganancias. El nivel de los tipos de interés, fijado por la Reserva Federal (Fed), también influye en el S&P 500, ya que afecta al coste del crédito, del que dependen en gran medida muchas empresas. Por lo tanto, la inflación puede ser un factor determinante, así como otros parámetros que influyen en las decisiones de la Reserva Federal.