El Dólar estadounidense (USD) intenta continuar su ascenso el miércoles, señalando que aún tiene combustible en su tanque para un empuje mayor respaldado por el aumento de los rendimientos en EE.UU. El comercio de Trump se está valorando cada vez más, y, mientras la Fed sigue dependiendo de los datos, los operadores están reduciendo gradualmente las apuestas de otro recorte de tasas de interés en diciembre, un escenario que podría dar al Dólar otro empuje al alza.
El calendario económico de EE.UU. tiene uno de sus puntos focales esta semana con la publicación de la lectura del Índice de Precios al Consumo de EE.UU. para octubre. Las expectativas para la cifra mensual general están en un rango muy estrecho entre 0,1% y 0,3%, haciendo una llamada de consenso del 0,2%. Eso significa que cualquier número fuera de ese rango desencadenará un movimiento sustancial en los mercados.
El Índice del Dólar estadounidense (DXY) está sumando más ganancias a su recuperación. Eso tiene sentido viendo dónde están cotizando los rendimientos de EE.UU. desde este verano. El principal problema podría ser que el comercio está comenzando a sobrecalentarse, aumentando las posibilidades de una corrección pronto bajo alguna toma de beneficios.
Todas las miradas están ahora en 106.52, el máximo de abril y un doble techo, ya que significaría un nuevo máximo de 2024. Una vez que el nivel se rompa, 107.00 entra en juego con 107.35 como el próximo nivel pivotal a tener en cuenta.
A la baja, el nivel redondo de 104.00 y la media móvil simple (SMA) de 200 días en 103.88 deberían evitar que el DXY baje más. Antes de ese nivel, no hay mucho en el camino, tal vez con algún soporte leve en 104.63 (máximo del 30 de octubre).
Índice del Dólar: Gráfico Diario
El Dólar estadounidense (USD) es la moneda oficial de los Estados Unidos de América, y la moneda "de facto" de un número significativo de otros países donde se encuentra en circulación junto con los billetes locales. Según datos de 2022, es la divisa más negociada del mundo, con más del 88% de todas las operaciones mundiales de cambio de divisas, lo que equivale a una media de 6.6 billones de dólares en transacciones diarias. Tras la Segunda Guerra Mundial, el USD tomó el relevo de la libra esterlina como moneda de reserva mundial.
El factor individual más importante que influye en el valor del Dólar estadounidense es la política monetaria, que está determinada por la Reserva Federal (Fed). La Fed tiene dos mandatos: lograr la estabilidad de precios (controlar la inflación) y fomentar el pleno empleo. Su principal herramienta para lograr estos dos objetivos es ajustar las tasas de interés. Cuando los precios suben demasiado deprisa y la inflación supera el objetivo del 2% fijado por la Fed, ésta sube los tipos, lo que favorece la cotización del dólar. Cuando la Inflación cae por debajo del 2% o la tasa de desempleo es demasiado alta, la Fed puede bajar las tasas de interés, lo que pesa sobre el Dólar.
En situaciones extremas, la Reserva Federal también puede imprimir más dólares y promulgar la flexibilización cuantitativa (QE). La QE es el proceso mediante el cual la Fed aumenta sustancialmente el flujo de crédito en un sistema financiero atascado. Se trata de una medida de política no convencional que se utiliza cuando el crédito se ha agotado porque los bancos no se prestan entre sí (por miedo al impago de las contrapartes). Es el último recurso cuando es poco probable que una simple bajada de las tasas de interés logre el resultado necesario. Fue el arma elegida por la Fed para combatir la contracción del crédito que se produjo durante la Gran Crisis Financiera de 2008. Consiste en que la Fed imprima más dólares y los utilice para comprar bonos del gobierno estadounidense, principalmente de instituciones financieras. El QE suele conducir a un debilitamiento del Dólar estadounidense.
El endurecimiento cuantitativo (QT) es el proceso inverso por el que la Reserva Federal deja de comprar bonos a las instituciones financieras y no reinvierte el capital de los valores en cartera que vencen en nuevas compras. Suele ser positivo para el dólar estadounidense.