El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que mide el valor del USD frente a una cesta de divisas, se mantiene plano cerca de 100.70 el jueves mientras el mercado digiere el recorte de 50 puntos básicos (pb) de la Reserva Federal (Fed). El mercado reaccionó de manera exagerada a la noticia, intensificando las expectativas de una mayor relajación a pesar de los esfuerzos de la Fed por indicar un ciclo de relajación gradual. El jueves, EE.UU. publicó sólidas cifras de solicitudes iniciales de subsidio por desempleo, lo que detuvo la caída del USD.
La economía de Estados Unidos está experimentando señales mixtas con signos tanto de desaceleración como de resiliencia. Mientras que algunos indicadores económicos sugieren una desaceleración, otros indican que la actividad sigue siendo robusta. La Fed ha indicado que el ritmo de los futuros ajustes de tasas de interés estará guiado por los datos económicos entrantes, por lo que el índice DXY será sensible a los informes entrantes.
Los indicadores del índice DXY siguen siendo bajistas, habiendo perdido la media móvil simple (SMA) de 20 días. La tracción de venta está aumentando con el Índice de Fuerza Relativa (RSI) tendiendo a la baja por debajo de 50. El indicador de Convergencia/Divergencia de Medias Móviles (MACD) está presentando barras verdes más bajas, indicando un cambio hacia la tendencia bajista.
Los soportes se encuentran en 100.50, 100.30 y 100.00, mientras que los niveles de resistencia están en 101.00, 101.30 y 101.60.
Los bancos centrales tienen un mandato clave que consiste en garantizar la estabilidad de los precios en un país o región. Las economías se enfrentan constantemente a la inflación o la deflación cuando los precios de determinados bienes y servicios fluctúan. Una subida constante de los precios de los mismos bienes significa inflación, una bajada constante de los precios de los mismos bienes significa deflación. Es tarea del banco central mantener la demanda en línea ajustando su tasa de interés. Para los bancos centrales más grandes, como la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Inglaterra (BoE), el mandato es mantener la inflación cerca del 2%.
Un banco central dispone de una herramienta importante para subir o bajar la inflación: modificar su tipo de interés de referencia. En momentos precomunicados, el banco central emitirá un comunicado con su tasa de interés de referencia y dará razones adicionales de por qué la mantiene o la modifica (la recorta o la sube). Los bancos locales ajustarán sus tasas de ahorro y préstamo en consecuencia, lo que a su vez dificultará o facilitará que los ciudadanos obtengan ganancias de sus ahorros o que las compañías pidan préstamos e inviertan en sus negocios. Cuando el banco central sube sustancialmente las tasas de interés, se habla de endurecimiento monetario. Cuando reduce su tasa de referencia, se denomina relajación monetaria.
Un banco central suele ser políticamente independiente. Los miembros del consejo de política del banco central pasan por una serie de paneles y audiencias antes de ser nombrados para un puesto en el consejo de política. Cada miembro de ese consejo suele tener una convicción determinada sobre cómo debe controlar el banco central la inflación y la consiguiente política monetaria. Los miembros que desean una política monetaria muy flexible, con tipos bajos y préstamos baratos, para impulsar sustancialmente la economía, al tiempo que se conforman con una inflación ligeramente superior al 2%, se denominan "palomas". Los miembros que prefieren tipos más altos para recompensar el ahorro y quieren controlar la inflación en todo momento se denominan "halcones" y no descansarán hasta que la inflación se sitúe en el 2% o justo por debajo.
Normalmente, hay un presidente que dirige cada reunión, tiene que crear un consenso entre los halcones o las palomas y tiene la última palabra cuando hay que dividir los votos para evitar un empate a 50 sobre si debe ajustarse la política actual. El presidente pronunciará discursos, que a menudo pueden seguirse en directo, en los que comunicará la postura y las perspectivas monetarias actuales. Un banco central intentará impulsar su política monetaria sin provocar violentas oscilaciones de las tasas, las acciones o su divisa. Todos los miembros del banco central canalizarán su postura hacia los mercados antes de una reunión de política monetaria. Unos días antes de que se celebre una reunión de política monetaria y hasta que se haya comunicado la nueva política, los miembros tienen prohibido hablar públicamente. Es lo que se denomina periodo de silencio.