China ha respondido a la última amenaza del dent Donald Trump de imponer un arancel del 10% a todas las importaciones chinas. En un comunicado emitido por su embajada en Washington, Beijing dejó claro que tal medida sería catastrófica tanto para las naciones como para la economía global.
"China cree que la cooperación económica y comercial entre los dos países es mutuamente beneficiosa", dijo Liu Pengyu, portavoz de la embajada . Él no se detuvo ahí. "Nadie ganará una guerra comercial o arancelaria".
Trump, sin embargo, insiste en que los aranceles se mantendrán hasta que Beijing detenga el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos, acusando a China de negligencia al abordar la mortal crisis de las drogas.
China respondió con fuerza a las acusaciones. Liu Pengyu las calificó de infundadas y argumentó que Beijing ha tomado medidas reales para combatir la producción y el tráfico de fentanilo. "La parte china ha notificado a la parte estadounidense sobre los avances realizados en las operaciones policiales contra los narcóticos", dijo Liu.
Añadió: “La idea de que China permite a sabiendas que precursores de fentanilo ingresen a Estados Unidos va completamente en contra de los hechos y la realidad”.
Este problema no es nuevo. El año pasado, los dent Xi Jinping y Joe Biden acordaron reanudar los esfuerzos conjuntos contra el tráfico de drogas. El progreso ha sido lento pero visible. China anunció controles más estrictos sobre tres sustancias químicas clave utilizadas para producir fentanilo. También se unió a Estados Unidos en una inusual investigación conjunta dirigida a operaciones de contrabando de drogas.
Sin embargo, Trump no está satisfecho. Acusó a China de no aplicar penas más severas, como la pena de muerte para los traficantes. Para Beijing, esta crítica parece una bofetada, especialmente teniendo en cuenta las medidas ya adoptadas para abordar el problema.
La economía de China ya está sintiendo la presión y las amenazasarancelarias de Trump están añadiendo más leña al fuego. El impuesto del 10% propuesto no es un cambio pequeño: es un ataque directo al dominio comercial de China. Beijing sabe que debe actuar con cuidado. La escalada de tensiones podría afectar aún más a su economía, que está luchando por recuperarse de las perturbaciones del mercado global.
La respuesta de Beijing ha sido cautelosa. Los analistas creen que China está esperando a ver cómo Trump equilibra la confrontación y la negociación en su segundo mandato antes de decidir su próximo paso. Deborah Elms, jefa de política comercial de la Fundación Hinrich, dijo: "Esta última salva de Trump es sólo un recordatorio de que debemos tomarlo en serio".
Pero China no se queda de brazos cruzados. Beijing se centra en respuestas asimétricas en lugar de represalias directas. Zhu sugirió que China redoble su apuesta por una cooperación beneficiosa para todos con otros países para contrarrestar las políticas de “Estados Unidos primero” de Trump.
Xi, por su parte, ha dejado clara su postura. En su última reunión con Biden, el dent chino advirtió a Estados Unidos que no iniciara una nueva guerra fría, calificándola de un escenario en el que todos pierden. "Contener a China es imprudente, inaceptable y está destinado al fracaso", afirmó.
Más allá de la guerra comercial, esta disputa muestra una competencia geopolítica más profunda. Washington ha visto durante mucho tiempo a Beijing como una amenaza a su seguridad económica y nacional.
Desde alianzas militares en el Mar de China Meridional hasta restricciones a las exportaciones de chips avanzados de IA, Estados Unidos ha tomado medidas para frenar la influencia de China.
Beijing ve estas medidas como parte de una estrategia más amplia para contener su ascenso. Los planes de Trump de nombrar asesores de línea dura como Marco Rubio y Michael Waltz indican una postura más agresiva en su segundo mandato.
Lyle Morris, del Centro de Análisis de China de la Asia Society, cree que Trump se apoyará en estos asesores para dar forma a una política de línea dura hacia China.
A pesar de estos desafíos, China ha tenido cuidado de no verse arrastrada a la política interna estadounidense. Durante las recientes elecciones dent de Estados Unidos, Beijing se abstuvo de mostrar preferencia por cualquiera de los candidatos, evitando acusaciones de intromisión.
La Embajada de China dijo: “Tomar acciones sin escrúpulos contra China no demuestra la fuerza de Estados Unidos, sólo revela que Estados Unidos ha perdido la confianza en sí mismo. No resuelve los propios problemas de Estados Unidos, pero impedirá aún más el funcionamiento normal de las cadenas industriales y de suministro globales. No detendrá el desarrollo y rejuvenecimiento de China, pero sólo estimulará al pueblo chino a seguir adelante con mayor determinación”.
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