Francia y Alemania están en el centro de los problemas económicos de la eurozona. Las encuestas empresariales muestran que sus débiles resultados se han convertido en un importante lastre para la región.
El resto de la eurozona está experimentando crecimiento, pero no es suficiente para compensar los problemas causados por estas dos economías.
La actividad del sector privado en los 20 países de la eurozona volvió a caer en octubre, luego de una caída similar en septiembre, según un informe del Banco Comercial de Hamburgo y S&P Global.
El último índice compuesto de gerentes de compras (PMI) subió ligeramente a 49,7 en octubre, justo por encima del 49,6 de septiembre, pero aún por debajo de 50.
Cualquier valor inferior a 50 significa trac . Francia y Alemania fueron responsables de gran parte de esta debilidad, mientras que otros países experimentaron su mejor crecimiento en meses.
El Banco Central Europeo (BCE) ha estado pasando por graves dificultades. La semana pasada, recortó las tasas de interés por segunda reunión consecutiva en un intento de impulsar el crecimiento. La inflación se enfrió al 1,7% en septiembre, por debajo del objetivo del 2% del BCE.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) tampoco es optimista. Simplemente rebajó su pronóstico para el crecimiento de la eurozona, prediciendo que tanto 2024 como 2025 serán más débiles de lo esperado inicialmente.
Alemania, históricamente el motor económico de la eurozona, se ha estado paralizando. Su sector manufacturero está lidiando con costos energéticos altísimos, una creciente competencia de China y una escasez de trabajadores.
Se prevé que la economía del país se estancará tanto el año pasado como este. Tampoco se espera que Francia, la segunda economía más grande de la eurozona, mejore en el corto plazo.
Nuevos datos podrían empujar al BCE a tomar medidas más agresivas, posiblemente recortando las tasas nuevamente para estimular el crecimiento.
El gobernador del Banco de Italia, Fabio Panetta, comparte este sentimiento cuando dijo que el BCE podría necesitar recortar aún más las tasas, esta vez para impulsar la economía en lugar de simplemente controlar la inflación.
Los últimos datos del PMI también respaldan la idea de que el BCE podría volver a recortar los tipos cuando se reúna en diciembre. Pero aún es incierto cuán profundos serán estos recortes, ya que todavía se esperan más datos antes de que termine el año.
Las señales no pintan bien. El debilitamiento de la economía genera preocupaciones de que la eurozona podría no tener un “aterrizaje suave” tras el reciente aumento de la inflación provocado por la invasión rusa de Ucrania.
Aún así, el economista jefe del BCE, Philip Lane, afirma que si bien la recuperación no va según lo planeado, las cosas no han tocado fondo. Los nuevos pedidos han estado cayendo durante cinco meses seguidos. Las empresas están recortando puestos de trabajo por tercer mes consecutivo y lo están haciendo al ritmo más rápido desde 2020.
La inflación está disminuyendo, pero las empresas están cobrando precios más altos al ritmo más lento desde febrero de 2021. Es difícil encontrar algo positivo en estas cifras.
La situación se vuelve aún más clara cuando se mira la economía en general. El PIB de la eurozona creció sólo un 0,2% en el segundo trimestre, menos de lo estimado inicialmente. Se trata de una desaceleración con respecto al primer trimestre, y la eurozona está siendo superada por otras economías importantes como Estados Unidos y el Reino Unido.
La economía estadounidense creció a una vertiginosa tasa anual del 3%, mientras que la eurozona logró sólo el 0,8%. El gasto de los consumidores y la inversión han disminuido, lo que indica que las altas tasas de interés están pasando factura a la demanda. Las exportaciones y el gasto público son lo único que mantiene vivo el crecimiento.
Irlanda, típicamente conocida por su fuerte crecimiento económico gracias a ser un centro para los gigantes farmacéuticos estadounidenses, experimentó una gran trac en el segundo trimestre.
Las cifras inicialmente mostraron que Irlanda estaba creciendo, pero nuevos datos revelaron una historia diferente. Irlanda ha sido un comodín para la eurozona en los últimos años, provocando con frecuencia revisiones en los datos económicos.