El cruce EUR/JPY recupera algunos pips desde un mínimo de casi un mes tocado durante la sesión asiática del viernes y actualmente cotiza alrededor de la marca psicológica de 160.00. Sin embargo, el repunte carece de convicción alcista en medio de la divergencia entre la política del Banco de Japón (BoJ) y el Banco Central Europeo (BCE), lo que sugiere que cualquier movimiento adicional al alza podría verse como una oportunidad de venta.
Los recientes comentarios del gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, y del vicegobernador, Ryozo Himino, aumentaron las expectativas del mercado de que el banco central subirá las tasas de interés en su próxima reunión de política monetaria la próxima semana. Además, la creciente presión inflacionaria en Japón apoya las perspectivas de un mayor endurecimiento de la política por parte del BoJ, lo que podría seguir apuntalando al JPY y mantener un límite en el cruce EUR/JPY.
La moneda compartida, por otro lado, continúa con su lucha por atraer a compradores significativos, ya que crece la aceptación de que el BCE reducirá aún más los costos de endeudamiento en medio de preocupaciones sobre la debilitada economía de la Eurozona. A esto se suma un aumento en la inflación anual subyacente de Alemania, lo que aumenta las preocupaciones de estanflación para la economía más grande de la Eurozona, lo que podría contribuir aún más a limitar el cruce EUR/JPY.
Los operadores ahora esperan la publicación del IPC final de la Eurozona para obtener oportunidades a corto plazo. No obstante, los precios al contado siguen en camino de registrar pérdidas por tercera semana consecutiva. Además, el mencionado trasfondo fundamental parece inclinarse firmemente a favor de los bajistas y apoya las perspectivas de una extensión de una tendencia bajista de varias semanas.
El Banco de Japón (BoJ) es el banco central japonés, que fija la política monetaria del país. Su mandato es emitir billetes y llevar a cabo el control monetario y de divisas para garantizar la estabilidad de los precios, lo que significa un objetivo de inflación en torno al 2%.
El Banco de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultralaxa desde 2013 con el fin de estimular la economía y alimentar la inflación en medio de un entorno de baja inflación. La política del banco se basa en el Quantitative and Qualitative Easing (QQE), o impresión de billetes para comprar activos como bonos del Estado o de empresas para proporcionar liquidez. En 2016, el banco redobló su estrategia y relajó aún más la política introduciendo primero tipos de interés negativos y controlando después directamente el rendimiento de sus bonos del Estado a 10 años.
El estímulo masivo del Banco de Japón ha provocado la depreciación del Yen frente a sus principales pares monetarios. Este proceso se ha exacerbado más recientemente debido a una creciente divergencia de políticas entre el Banco de Japón y otros bancos centrales principales, que han optado por aumentar bruscamente los tipos de interés para combatir unos niveles de inflación que llevan décadas en máximos históricos. La política del Banco de Japón de mantener los tipos bajos ha provocado un aumento del diferencial con otras divisas, arrastrando a la baja el valor del Yen.
La debilidad del Yen y el repunte de los precios mundiales de la energía han provocado un aumento de la inflación japonesa, que ha superado el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Aun así, el Banco de Japón juzga que todavía no se vislumbra la consecución sostenible y estable del objetivo del 2%, por lo que parece improbable un cambio brusco de la política monetaria actual.