En este tercer artículo dedicado a los diferentes tipos de valoración, vamos a destacar un concepto tan común como importante como lo es el valor de mercado. No es que tengamos especial simpatía por él o antipatía por otros, sino que a la fuerza nos lo encontraremos a diario.
Tal y como indica su nombre, el valor de mercado es aquel que asigna el mercado, base por la cual nos vamos a tener que guiar si negociamos en grandes bolsas (o mercados) con independencia de que se llamen Wall Street, Londres, Bolsa de Madrid o Bolsa de Milán.
El valor de mercado que nos encontremos marcará el consenso de compraventa, por lo tanto es vital comprenderlo y saber cómo trabajarlo. De aquí al final del artículo, nuestra única y sana intención será que el lector aprenda lo necesario sobre el mismo.
▶ ¿Qué es el valor de mercado?
¿Cuántas zanahorias vale un pollo? ¿Y cuántas manzanas una lechuga? Lo cierto es que el valor que se asigna a determinado bien bajo un sistema tan antiguo como lo fue el trueque (al cual refieren las dos preguntas del comienzo) resultaba del todo ineficiente e inexacto.
Imaginamos una aldea en donde existe un intercambio generalizado de bienes de consumo. Alimentos, ropas, enseres… cada cosa tiene su contraparte en otra. Tantas velas de cera por una hogaza de pan, tantas pieles de vaca por un tapiz.
Quizás es bucólico, a la par que utópico, pero está cargado de ineficiencias. Puede que en el pueblo haya un excedente de trigo y por tanto el pan cada vez valga menos al cambio, porque cualquiera accede a una hogaza. Puede que existan cada vez más intolerantes al gluten y por tanto caiga la demanda de pan allí en donde abunda.
Para resolver y simplificar todo esto es por lo que se crea la moneda, póngase en la versión que se desee y en el término que se quiera. Lo importante de una moneda es que un bien ”X“ equivale a una cantidad “Y” de dicha moneda.
Por lo tanto yo, en calidad de panadero, podré vender tantas hogazas de pan y a cambio sé cuánto es lo que obtendré en términos dinerarios. Volveré a mi casa con un número “Y” de monedas en mi bolsillo, no con diez lechugas, un rastrillo y tres macetas.
Lo bueno de que todas las cosas tengan su equivalente en moneda es que gracias a ésta última voy a poder adquirir un mayor número de bienes y servicios que aplicando el trueque. ¿Qué pasa si al panadero no le gustan los plátanos? ¿tendría que privarme de comer pan o en su defecto recurrir al nexo de un tercero para realizar el intercambio?
Solventada esta ineficiencia, llega el momento de aplicar la llamada Ley de Mercado o Ley de Oferta y Demanda. En base a esta, el precio en monedas de un determinado bien (o activo en nuestro caso) viene determinado por lo que una parte está dispuesta a pagar (la demanda) frente a lo que otros están dispuestos a admitir (la oferta).
Pues exactamente eso es lo que supone el valor de mercado de una acción. Perdón por la extensión inicial, pero quizás un buen ejemplo es la mejor forma de entender el concepto. El valor de mercado es el precio que fijan en bolsa la fuerza vendedora y la compradora, ni más ni menos.
● ¿Puedo comprar o vender al precio que quiera?
Una de las preguntas más frecuentes en este campo es: ¿puedo establecer yo el precio al que quiero comprar o vender una determinada acción? Pues sí, poder podemos, aunque eso, tal y como veremos más adelante, no garantiza nada.
Como si de un mercado corriente se tratase, nosotros podemos establecer el precio de venta de nuestra fruta si somos vendedores o el precio que estamos dispuestos a pagar si somos compradores. Ahora bien, hace falta la necesidad de una contraparte dispuesta a pagar lo que pedimos o a vender al precio que ofertamos.
Precisamente el mercado, entendido como un lugar de encuentro entre posiciones compradoras y vendedoras, es el que hace posible que exista un precio de referencia bajo el cual poder guiarnos a la hora de negociar acciones de una empresa.
Si una cotizada llamada "ABC" tiene un valor de mercado de 16 € por acción y yo, propietario, quiero vender cada acción a 34 € unidad, casi seguro que no encontraré contraparte y por tanto mi oferta naufragará. Por otro lado, si por la misma empresa ofrezco 12 € por acción tampoco encontraré una contraparte que quiera venderme.
● La importancia de la liquidez
Si lo anterior ha quedado claro, esperamos que esto quede todavía más claro. Es necesario e indispensable que exista una alta liquidez en una acción para poder invertir y hacer trading correctamente.
En muchas ocasiones vemos cómo determinados valores saltan a los medios por haberse visto revalorizados de forma exponencial en poco tiempo. Sin embargo, cuando acudimos al detalle vemos que el volumen de negociación ha sido escaso, ergo el número de demandantes y el número de ofertantes era pequeño.
Cuando esto ocurre pueden darse tres situaciones: o que la operación no se cruce y por tanto no ocurra nada, o que el que vendía caro se saliera con la suya o que el que compraba barato se saliera con la suya. El problema es que los grandes movimientos atraen a muchos inversores incautos.
Conviene siempre trabajar sobre acciones/activos que tengan un volumen de negociación respetable, suficiente como para fijar los precios de forma correcta y sobre todo hacer que las órdenes se crucen de manera rápida y ordenada. De lo contrario podemos quedarnos con valores sin salida.
A este respecto, hay que indicar que MiTrade sólo trabaja con activos que cuentan con un alto fondo de liquidez, por lo que vamos a poder invertir de forma segura, rápida y coordinada sin riesgo a encontrarnos con una de estas llamadas "trampas de liquidez".
● Mercado primario Vs. Mercado secundario
Muchas veces hemos escuchado hablar del mercado primario y el mercado secundario, lo cual en un momento dado puede interferir en nuestro concepto de valor de mercado. Es por eso que vamos a detenernos un segundo para explicar la diferencia existente entre uno y otro.
El mercado primario es el que también se conoce como mercado de emisión, y es allí donde las empresas, gobiernos y organismos acuden para emitir sus títulos de renta fija o renta variable. En dicho mercado, el dinero se transmite directamente al emisor y los propietarios adquieren el título a cambio.
A modo de detalle, hay que comentar que los mercados primarios permiten colocaciones directas e indirectas, siendo la primer una venta previamente acordada entre emisor e inversores y la segunda una venta en donde intervienen intermediarios tales como sociedades de inversión y entidades financieras.
El mercado secundario es aquel en el que a posteriori los propietarios de los títulos pueden negociarlos con otros inversores, de manera ordenada y en donde lo que prima fundamentalmente es el intercambio de activos “usados” frente a los activos “nuevos” que se negocian en el mercado primario.
Así pues, es importante señalar que el valor de mercado al cual haremos referencia será el que vamos a encontrar en el mercado secundario.
● Valor de mercado y capitalización de mercado
La capitalización de mercado está intrínsicamente ligada al valor de mercado de una acción, ya que conociendo una extraemos la otra y viceversa. Cuando hablamos de capitalización de mercado nos referimos al valor que el mercado da en cada momento a la empresa o holding en su conjunto. Para obtener la capitalización de mercado (también conocida como bursátil), basta con acudir a la siguiente fórmula:
Es importante señalar que la capitalización de mercado o bursátil de una empresa no ha de corresponderse necesariamente con el valor en libros de la misma. Para ampliar la información recomendamos echar un vistazo a nuestro artículo referido al valor neto contable, donde aparece explicado con mayor profusión.
▶ Cómo calcular el valor de mercado de una acción
El cálculo del valor de mercado de una acción acabamos de señalarlo. Derivada de la fórmula de la capitalización de mercado, para conocer el valor de mercado o precio de una acción simplemente tendríamos que seguir una operativa inversa:
Por suerte, esta operativa no nos resulta necesaria, sino que automáticamente nos aparece en las pantallas de nuestros brokers de referencia. A tal respecto cabe señalar, a modo de apunte, la diferencia entre el bid y el ask en los brokers que trabajan con CFD.
Cuando hablamos de Bid (vender) estamos hablando del precio al cual podemos vender un determinado activo, mientras que Ask (comprar) refiere al precio al que podemos adquirirlo. La diferencia entre ambos se conoce como Spread y esas es la comisión implícita que nos aplica un determinado bróker o intermediario.
【Detalle de spreads sobre Apple / Fuente: Mitrade.com】
▶ ¿Todos los activos tienen valor de mercado?
Otra pregunta bastante razonable: ¿todos los activos tienen valor de mercado? Pues, por descontado, no.
Uno de los factores que más influyen dentro de la conformación de precios es la llamada liquidez. Dicha liquidez simplemente refiere a la facilidad que tenemos en un momento dado de deshacer nuestra posición y obtener dinero a cambio.
Cuando realizamos una inversión, muchas veces obviamos este apartado, pero es muy importante, especialmente si queremos hacer una asignación de activos eficiente y sensata. De nada sirve optar por una inversión garantizada muy rentable pero ilíquida en cinco años si nuestras posibilidades de necesitar capital no aguantan tanto.
Bajo esta premisa, el mercado siempre es un referente de la contraparte que obtenemos por el activo y el volumen es referente de la facilidad con la que encontraremos dicha contraparte. Acciones como BBVA tienen. Contraparte inmediata, acciones como Urbas difícilmente.
Pero si adquirimos títulos más sofisticados, como por ejemplo private equity o deuda no cotizada, posiblemente vamos a encontrarnos con una desagradable sorpresa a la hora de liquidar posiciones.
▶ Diferencia entre valor de mercado, valor nominal y valor neto contable
Este apartado resultará breve pero bastante esclarecedor, ya que de manera resumida encontraremos las diferencias entre unos y otros modelos de valoración.
Vamos a aplicar el orden inverso, comenzando por el valor neto contable, después el valor nominal y ya por último el correspondiente al valor de mercado, que a estas alturas seguramente sabremos identificar fácilmente.
El valor neto contable nos habla del precio que corresponde a cada acción en función de su valor en libros, el cual se establece a través de la diferencia entre activos y pasivos. Los inversores de tipo value suelen “buscar oro” a través de esta fórmula, obviando lo que el valor de mercado pueda decir, fieles a la idea de que el tiempo pondrá a cada uno en su sitio.
El valor nominal es el precio al cual se emite una acción en un momento dado. Para ello se toma como referencia el capital social y se divide entre el total de acciones emitidas. Sirve como referencia inicial, pero poco más, y desde luego con el tiempo difiere sobremanera con el valor de mercado.
Por último, tal y como hemos visto, el valor de mercado es la confluencia entre una fuerza compradora y una fuerza vendedora. Cuanto mayor sea la fuerza compradora mayor será el precio, cuanto menor sea menor será el precio; cuanto mayor sea la fuerza vendedora menos será el precio, cuanto menor sea la fuerza vendedora mayor será el precio.
Para más información, por favor consulte nuestro artículo >> "Diferencia entre valor nominal, valor contable y valor de mercado de una acción".
▶ ¿Es eficiente el valor de mercado?
En este apartado, justo antes de llegar a la conclusión de nuestro artículo, conviene evaluar con rectitud el valor de mercado.
Bien, a priori, sin cortapisas, cabe decir que el valor de mercado es totalmente ineficiente, por cuanto dicho valor, a día de hoy no refleja necesariamente el valor real que tiene una empresa.
¿Es más exacto el valor neto contable? Tampoco, pues muchas veces existen una serie de factores ajenos al propio desarrollo de la actividad empresarial que no nos permiten evolucionar en el precio de mercado del mismo modo que debiere para su valor en libros.
Dicho esto, ¿nos suena aquello de "las burbujas"? Pues sí, en efecto las burbujas están íntimamente ligadas al valor de mercado, pues muchas veces tendemos a invertir en un activo simplemente porque su valor de mercado crece exponencialmente y, aún sin saber exactamente por qué, consideramos que a tenor de su comportamiento no dejará de despuntar.
Ejemplo tenemos en España el de Terra, un valor que incluso se anunció en prime time en TV como un exitoso negocio en bolsa, con una espectacular subida simplemente al calor del furor de internet y no de sus resultados.
【Gráfico de Terra / Fuente: Labolsa.com】
Terra nació con el equivalente a 11,81 € y en menos de un año llegaría a 157,60 €. Tres años después llegó la absorción por parte de su matriz Telefónica y finalmente en 2017 desaparecía el último resquicio de la compañía.
Otro ejemplo fue el de la también española Gowex, una empresa que llegó a presumir de unos espectaculares resultados pero que finalmente resultaron ser una de las mayores estafas que se recuerdan en el mercado continuo.
Gowex dijo ser uno de los mayores proveedores mundiales en el campo del Wi-Fi, el problema, como siempre, es que en aquel entonces poca gente conocía exactamente cómo funcionaba el Wi-Fi. Después de un sorprendente y demoledor estudio por parte de una empresa estadounidense llamada Gotham Research, Gowex se hundió.
En un primer lugar, su CEO mintió a sus empleados acerca de la viabilidad de la empresa, pero en último lugar los estafados fueron sus inversores, al darse cuenta de que ese valor que crecía y crecía en bolsa no era ni más ni menos que una gran estafa asumida por muchos participantes.
▶ Conclusión
Ya hemos revisado, a lo largo de diferentes entregas, la importancia del valor de mercado dentro de las diferentes valoraciones en bolsa. Sin embargo (o más bien, precisamente por eso) cabe reseñar la importancia que tiene el valor teórico contable a la hora de determinar lo que "supuestamente“ debiere de valer una inversión.
Después de haber pasado por una década de tipos bajos y bancos centrales extremadamente laxos con sus políticas, a día de hoy nos encontramos con el anverso, con una situación que per se atenta contra el modelo de acciones growth que en un momento dado beneficia a sectores como el tecnológico o el biotecnológico.
Bajo esta premisa, el dinero busca más el factor value, para lo cual es necesario contemplar el flujo constante de ingresos, el factor de gastos recurrentes y otros tantos componentes que dejan en mal lugar a las empresas que trabajan no tanto por el ciclo de ingresos de hoy sino por el ciclo de ingresos de mañana.
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